Isabel Coll
Dime una cita
Isabel Coll es amante de las letras, aunque su profesión de azafata de vuelo estaba un poco lejos de las palabras. Vive percibiendo, experimentando anécdotas y momentos vitales de inspiración literaria relacionados con sus encuentros fugaces con el sexo opuesto, a los que llama «no relaciones».
A tenor de las frases que le dijeron algunos de los hombres que conoció, y que comenzó a recopilar un día, nace Dime una cita, un libro hecho de citas pronunciadas por quienes le proporcionaron alguna satisfacción vital o espiritual, utilizando simplemente lo que ella más aprecia y valora en la vida: las palabras.
Divertida como pocas y valiente como ninguna, Isabel Coll inicia su pasión literaria a través de las palabras que los hombres le han dedicado, y las que ha cazado al vuelo, a 33.000 pies de altura. Son frases que ella convierte en citas memorables y alrededor de las cuales baila para recordar momentos, sensaciones, sentimientos, conceptos… Pura sensibilidad.
Algunas citas de Isabel Coll
“Le dije: tienes un minuto para enamorarme. Me sonrió y todavía le sobraron 59 segundos.”
“Sus palabras fueron, a la postre, un dulce complemento de lo que hoy son las mías, y la razón fundamental de que exista este libro.”
«La lectura o escucha de una cita produce en mí, invariablemente, una suerte de fogonazo que me obliga de forma inmediata a dejar constancia escrita de ella.»
«Me he impuesto, en este libro, la obligación moral de marcar la diferencia mostrando parte de mi esencia más íntima y personal.»
«Las citas que aquí aparecen, de algún modo también forman parte de mi historia de vida, resumida en breves conceptos filosóficos.»
«A todos agradezco que valorasen mi osadía y este libro es el resultado de ese arrojo, y quizás también de un cierto grado de inconsciencia.»
Presentó el libro el escritor y dramaturgo cubano Carlos Ferrera, biógrafo de la autora.
Algunos feedbacks recibidos por la autora
● «Isabel en estado puro. Definitivamente has encontrado tu terapia.»
● «¡No podía parar de leer! Mi marido me preguntaba: ¿es que no hay un mañana?»
● «Me he quedado con ganas de más. De más hojas, de más citas, de más anécdotas… De más libros tuyos.»
● «Cuando en la presentación, tu editora me preguntó cómo me llamaba, pensé que lo hacía por coordinar las sillas sobrantes. Al leer el libro, me emocioné pensando que me lo había preguntado porque me confundía con un «bailarín». Que gran honor hubiera sido…»
● «¡Lo mejor es imaginarte explicándolo de viva voz! Cuánto pasamos en aviación y qué emocionante lo hacías todo.
¡Deberías seguir volando como pasajera! Y quedarte con más citas, con todas esas caras, y escribir muchos libros más.»