Tercera entrega del Manual: LOS DETALLES

La escritura autobiográfica tiene una doble  vertiente de facilidad y dificultad que vamos a afrontar con la premisa de imaginarnos que no estamos hablando de nuestra propia vida. Es fácil porque es nuestra vida y la conocemos a la perfección. Es difícil porque se trata de hablar de nosotros y esto nos parece un reto insuperable. ¿Qué cuento? ¿qué no cuento?

Ya hemos dado dos pasos fundamentales: primero hicimos un índice cronológico y luego lo fuimos llenando de vida, a la que llamamos trama. Lo importante era anotar en cada capítulo los sucesos que no queríamos dejar de contar. Ahora es el momento de llenarlos de detalles.

¿Cómo se viste un suceso? Por ejemplo: cuando queremos contar un encuentro sucedido en el pasado, que marcó un momento importante en nuestra vida y, por lo tanto, queremos darle la relevancia que se merece, hay que cerrar los ojos y volver a aquél momento.

 

¿Cómo encontrar argumentos una vez que hemos explicado el encuentro? Con el lugar, el momento y el diálogo pertinente, no es suficiente. ¿Qué más puedo hacer?

 

 

 

La clave del éxito es hacerse muchas preguntas:

-¿Qué fue lo primero que me llamó la atención de esa persona?

-¿Me miró?

-¿Cómo captó mi atención o capté yo su atención?

-¿Quién habló primero?

-¿Qué dijo?

-¿Cómo iba vestido?

-¿Qué sensaciones tuve?

-¿Qué pensamientos atravesaron mi mente?

-¿Qué me decían sus ojos?

Hay millones de preguntas que nos podemos hacer. En las respuestas está la clave del éxito. La clave para un texto rico, no aburrido, no plano, con relieves…

También puede obtener nuestro método en SUSCRIPCIÓN