Sobre el libro de memorias de la vida de Alfredo Bermúdez Terrón
EL CORAJE
“Que nadie se engañe por escuchar más débil ahora el tono de mi voz, que nadie se aflija al saber de mi insuficiencia respiratoria. Aquí dentro continua firme aquel chaval al que la enfermedad inmovilizó durante un tiempo que parecía infinito, tan largo que sus piernas quedaron inútiles e incluso olvidó andar. Si entonces fui capaz de levantarme y aprender a caminar de nuevo, hoy siento aún en lo más hondo el coraje de aquél pequeñajo al que todos llamaban Alfredín.”
MAL DE POTT
A los 9 años diagnosticaron Mal de Pott, o tuberculosis en la columna, a Alfredín. Los médicos lo tuvieron sobre un cajón de tabla sin colchón durante 3 años hasta que obtuvo una cama en el hospital de Oza. Allí miraba día tras día por la ventana del hospital para ver el tren pasar e imaginaba que iba montado en él, completamente curado, de regreso a casa.
PATINAJE SOBRE PILTRA
“La extraordinaria habilidad de adaptación de los niños me resultó muy útil. En menos de un mes ya controlaba hasta el último rincón del hospital. Incluso me hice famoso por mi habilidad para desplazarme por toda la planta sin bajarme de la cama, que estaba provista de cuatro ruedas. Bastaba con sentarse sobre ella manteniendo la pierna izquierda encima de la piltra y utilizar la derecha para tomar impulso. Adquirí una asombrosa habilidad para recorrer pasillos a toda velocidad sin tropezar con nada ni nadie”
HASTA SIEMPRE DON ALFREDO
Ilde Llanes, la directora de Memorias Ediciones Madrid, fue a Favero, un pueblo minero de El Bierzo, a entrevistar a Don Alfredo Bermúdez Terrón. Nos había llamado su hijo Saúl, que vive y trabaja en Sudáfrica y nos expresó su determinación de tener el libro de memorias de su padre. Deseaba que sus hijos y sus nietos conocieran sus orígenes y pudieran tomar ejemplo de la experiencia y el coraje de su padre. Lo logró. Don Alfredo fue un narrador excepcional. Descanse en Paz…
Rosa Serra Majem
Fundadora y Directora de Memorias Ediciones