Guía práctica para escribir sobre uno mismo
PARTE I
Los mejores conocedores de nuestra propia vida somos nosotros mismos, de modo que no existe nadie más adecuado para emprender esa tarea. Sin embargo, no es una tarea tan simple, acarrea dudas, dilemas, incertidumbres, miedos…
Lo primero es marcarse objetivos cercanos. Cuando no existe la costumbre de escribir la meta se debe basar en conseguir contar lo que deseamos y lo segundo, y secundario, es tomar decisiones estructurales. Pregúntese: ¿Qué cuento? Y luego ya se preguntará: ¿cómo organizo el contenido de mi libro?
Un exceso de cuestionamientos tiende a frenar cualquier impulso de emprender una tarea ambiciosa y a largo plazo como es la de escribir un libro. Esto es bien sabido: un libro no se escribe en dos días, de modo que nuestro consejo principal ahora, que ya ha atendido las cuestiones principales respecto a la acotación de contenidos será empezar, poner manos a la obra.
No nos cansaremos de repetir que el género MEMORIAS es el más libre que existe. Lo más importante que vamos a decir ahora es que no importa la cronología, no importa el orden. ¿Por qué?
¿Cómo acuden los recuerdos a su mente?
Imposible recordar el día en que nació su abuelo, ¿verdad? Pero seguro que recuerda algún gesto, acción o frase de su abuelo, en caso de haberlo conocido… Si su abuelo es, o era un personaje importante en su vida, puede empezar por ahí, ¿Por qué no?
¿Por dónde empezar? ¿Escribo para mí o para los demás? Si no leyó nuestro primer post, por supuesto le recomendamos que lo haga. En él encontrará la guía inicial para centrar la historia que quiere contar y sistemas para recopilar la información básica:
> Escribir y publicar mis memorias ¿Por dónde empiezo? INTRODUCCIÓN
Estamos entonces en el segundo estadio: ahora que ya hemos centrado la historia, vamos a proseguir para empezar a escribirla. El mejor consejo que podemos dar es que trate de avanzar toda la obra en paralelo. Imagínese la construcción de un edificio. Lo primero es hacer los cimientos completos y luego levantar el edificio por los cuatro costados, no solamente por uno, ni por un extremo. Esta imagen tan gráfica es exacta: de no seguir ese consejo es más que probable que no llegue a terminar su libro.
EL PENSAMIENTO
Si ya ha dibujado su línea de la vida, ahora es el momento de dejar de hablar de hechos y personas. En una autobiografía, como en todo texto literario hay hechos, por un lado, y pensamientos o reflexiones por el otro:
Por ejemplo: Recordar a una madre arreglándose y poniéndose perfume, no es lo mismo que recordar el aroma de ese perfume… su aroma podría haber quedado en la habitación como una nube, podría habérsele pegado a la piel de la cara después de un beso, podría ser que usted se sentase en su tocador para abrir ese frasco y volver a sentirlo, podría sentirlo cada vez que su madre le diera un abrazo, o podría incluso ser una sensación desagradable…
Ante el hecho de que su madre se perfumara antes de salir de casa, fíjese cuantos pensamientos, reflexiones y opiniones se pueden desatar.
Vamos a por esa meta.
Cada uno de los hechos y personas que haya marcado en sus listas o en su línea de la vida, serán susceptibles de originar contenido, ampliar el recuerdo, echar mano de las sensaciones, inmiscuirse en el texto para opinar… Esa premisa es básica para que su libro no ofrezca una lectura llana, que conste solamente de hechos. Nunca olvide que en un texto autobiográfico el narrador cuenta en primera persona y esa es la voz ideal y perfecta para decir absolutamente todo lo que nos apetezca.
PREGUNTAS
Si, a pesar de esto no sabe qué decir, no tiene ocurrencias y los hechos y personas que ha marcado como principales no son capaces de provocar que usted pueda seguir escribiendo, tendrá que recurrir a las preguntas. En este link tiene el famoso cuestionario de Proust para conocer a una persona.
1. ¿Principal rasgo de su carácter?
2. ¿Qué cualidad aprecia más en un hombre?
3. ¿Y en una mujer?
4. ¿Qué espera de sus amigos?
5. ¿Su principal defecto?
6. ¿Su ocupación favorita?
7. ¿Su ideal de felicidad?
8. ¿Cuál sería su mayor desgracia?
9. ¿Qué le gustaría ser?
10. ¿En qué país desearía vivir?
11. ¿Su color favorito?
12. ¿La flor que más le gusta?
13. ¿El pájaro que prefiere?
14. ¿Sus autores favoritos en prosa?
15. ¿Sus poetas?
16. ¿Un héroe de ficción?
17. ¿Una heroína?
18. ¿Su compositor favorito?
19. ¿Su pintor preferido?
20. ¿Su héroe de la vida real?
21. ¿Su nombre favorito?
22. ¿Qué hábito ajeno no soporta?
23. ¿Qué es lo que más detesta?
24. ¿Una figura histórica que le ponga mal cuerpo?
25. ¿Un hecho de armas que admire?
26. ¿Qué don de la naturaleza desearía poseer?
27. ¿Cómo le gustaría morir?
28. ¿Cuál es el estado más típico de su ánimo?
29. ¿Qué defectos le inspiran más indulgencia?
30. ¿Tiene un lema?
En Memorias Ediciones pensamos que, llegados a este punto, lo mejor sería empezar por responder el cuestionario usted mismo. Extiéndase en las respuestas. No hay como conocerse para emprender una aventura de escritura o de cualquier índole. Pensamos que, de esta forma, podrá aplicar el mismo proceso a otras personas, y eso le puede llevar a familiarizarse con el hecho de preguntar sin cesar. El resultado, es decir, las respuestas a las preguntas, le sorprenderán.
Nosotros partimos de las entrevistas en profundidad para escribir las memorias que nos encargan, esa es la base de nuestro trabajo. Y en nuestro método las preguntas ocupan un papel protagonista. Hacerse preguntas es, sin duda, la base de la inquietud y la creación artística.
ESCRIBIR
Cada uno de los recuerdos, ya sean sucesos o personas, que ha situado en sus listas y/o en su línea del tiempo son susceptibles de convertirse en una pequeña historia en sí misma. Son las células que construyen su libro y ya sabe que las células poseen vida propia y vida en el conjunto.
¿Cómo se viste un suceso? ¿Como escribimos lo que cada uno de nuestros recuerdos representa en nuestra vida? Ha llegado el momento de hacerse preguntas sin cesar.
Cuando queremos contar un suceso del pasado que marcó un momento importante en nuestra vida y, por lo tanto, queremos darle la relevancia que se merece, hay que cerrar los ojos y volver a aquel momento.
Pongamos el ejemplo de un encuentro. ¿Cómo encontrar argumentos una vez que ya hemos explicado ese encuentro en una frase? Con el lugar, el momento y el diálogo pertinente, no es suficiente. ¿Qué más puedo hacer? La clave del éxito es hacerse muchas preguntas. Sin parar, sin cansarse. ¡Al formular preguntas estamos abriendo puertas que ni siquiera sabíamos que existían!
En este artículo de Wikihow.com «Cómo escribir una autobiografía» hay ejemplos de lo que contamos.
¿Qué fue lo primero que me llamó la atención de esa persona? ¿Me miró? ¿Cómo captó mi atención? ¿O capté yo su atención? ¿Quién habló primero? ¿Qué dijo? ¿Cómo iba vestido? ¿Qué sensaciones tuve? ¿Qué pensamientos atravesaron mi mente? ¿Qué me decían sus ojos? ¿Dónde ocurrió? ¿Cómo era la calle, la estancia? ¿Era verano? ¿Por qué fue tan importante ese encuentro?
Hay infinidad de preguntas que nos podemos hacer. En las respuestas está la clave del éxito. La clave para un texto rico, no aburrido, no plano, con relieves… Tómese tiempo para cada uno de los recuerdos de sus listas. Esta fase va a ser larga. Tómese tiempo para verificar que las preguntas no son vanas, que proceden de la experiencia real, sensorial, que responderlas es contar las cosas con profundidad y precisión.
UN EJEMPLO:
Imaginemos que en la lista de recuerdos hemos escrito:
–LA DOBLE BODA
Imaginamos ahora las preguntas que podemos formular sobre este recuerdo:
¿Por qué fue doble? ¿Cómo se llegó a este tipo de celebración doble? ¿Quién tuvo la idea? ¿Cómo surgió? ¿Cuáles son los antecedentes? ¿Pasaban muchas horas juntos los 4 o solamente fue una solución para ahorrar? En el primer caso, ¿Cómo eran esos encuentros? En el segundo caso ¿la economía era un problema en casa? ¿Cómo se vivía este problema? ¿Cómo lo vivía usted? ¿Sus padres hablaban del tema? Y regresando a la boda, ¿Cómo fue aquel momento? ¿Cómo lo planteamos? ¿Todos se entusiasmaron? ¿Se pusieron de acuerdo en todo? ¿Se vistieron iguales? ¿Cómo eran los trajes y vestidos? ¿Por qué se querían tanto? ¿Quién eligió el lugar? ¿Quién eligió el menú? ¿Había orquesta? ¿Fue una fiesta sonada? ¿Cuántos invitados hubo? ¿Se fueron juntos de viaje de novios? ¿A dónde fueron?… Es urgente darse cuenta que tenemos infinitas posibilidades.
LAS RESPUESTAS, LOS DETALLES
No ahorre palabras en las respuestas, por favor. Como hemos comentado antes, el color, el sabor y la dimensión de su libro dependerá de su capacidad para recordar y contar detalles. Los detalles que usted cuente serán suyos y de nadie más. Las historias de su libro, su punto de vista, su forma de ver la vida y de sentirla… solamente es suya.
Láncese a la piscina para buscar el punto más profundo, el más personal, el que le diferencia del resto de la humanidad. Al fin y al cabo casi todo el mundo se ha enamorado y se ha casado pero cada sentimiento es único, cada boda es única. Eso es tan cierto como decir que cada persona es única, como única es su forma de contar las cosas.
Las respuestas a estas preguntas van a conformar el contenido de su libro.
Es posible que, como les pasa a muchísimas personas, antes de empezar ya esté pensando en lo que no puede decir… No es momento de ponerse límites. Tendrá mucho tiempo para pensar en eso. De momento, deje que su mente haga el dibujo lo más grande posible.
¡Adelante! Como reza un proverbio fang que aprendimos haciendo una biografía en Guinea Ecuatorial:
“Un largo camino empieza por el primer paso”.
En este mismo blog encontrará los dos siguientes artículos para acompañarle en la tarea que se ha propuesto y también nuestro método en 9 pasos.
> Escribir mis memorias ¿Por dónde empiezo? INTRODUCCIÓN
> Escribir mis memorias ¿Por dónde empiezo? PARTE 2
Si lo desea, puede descargar nuestro método completo para escribir memorias aquí: SUSCRIPCIÓN
Rosa Serra Majem
Periodista, guionista, profesora de guion.
Creadora y directora de Memorias Ediciones.
Memorias Ediciones – Libros de memorias y Biografías por encargo
www.memoriasediciones.com